domingo, 21 de octubre de 2012

RODAJE PASADO POR AGUA


Nuestra primera experiencia de rodaje como Filmattack no tuvo desperdicio, aunque podemos adelantar que nada salió como esperábamos

Actriz principal
El mayor problema que encontramos a la hora de grabar fue la meteorología, algo que también sufrieron las actrices, que han acabado con gripe debido a que el vestuario del rodaje no coincidía con la estación del año.

Además, y como ya os relatamos en otro post, la escena más larga y complicada del cortometraje debería haberse grabado en un bosque, pero el tiempo no nos dio tregua. Como un poco de agua hubiera supuesto paralizar el rodaje en exteriores, todo lo grabado hasta entonces no habría tenido sentido alguno, así que tuvimos que hacer lo que queríamos evitar a toda costa: buscar una localización alternativa (en este caso, con el requisito esencial de no estar al aire libre) y ajustar todo el guión a las posibilidades que ofrecía el nuevo emplazamiento, un aparcamiento cubierto, con la consecuente influencia en la narración de la historia.

Actriz
El alcance de este contratiempo va mucho más allá del evidente grado de improvisación y trabajo sin recompensar. Basta con recordar que, en el momento de la grabación, únicamente disponíamos de los recursos técnicos y humanos que hasta entonces habíamos considerado necesarios. Los recursos humanos son fáciles de gestionar y, en este sentido, cuanto más grande sea la productora mejor: No es difícil suplir a un actor en un momento determinado, ya sea con un amigo, un familiar o, incluso, uno de los miembros de la productora. Sin embargo, conseguir un determinado elemento técnico es mucho más complicado, sobre todo si el material no es propiedad de la productora, sino que ha sido alquilado o se usa en calidad de préstamo, como fue nuestro caso. Así, ante un cambio de circunstancias podemos encontrarnos con un excedente de material o con escasez del mismo. Centrándonos en nuestra experiencia durante la grabación del proyecto, para el rodaje en el bosque teníamos preparado el reflector y el micrófono de cañón y, sin embargo, ambos elementos nos fueron inútiles en el aparcamiento, donde habría sido mucho más útil una dolly y un equipo completo de iluminación.

Alegría del equipo al acabar la grabación
La sensación final: no sólo hemos perdido planos preciosos en plena naturaleza y buenos contrastes entre escenas, sino que todo el trabajo realizado a lo largo de un mes no ha servido para mucho. Sin embargo, hemos ganado en atmósfera tenebrosa para nuestro corto e, incluso, hemos conseguido darle mayor sentido argumental a las escenas. Esto no significa que la lluvia nos haya hecho un favor, pero la alternativa propuesta no ha sido el gran desastre que pensábamos que sería y, pese a todas las dificultades, reaccionamos a tiempo para adaptarnos lo mejor que pudimos a la situación.

Sin embargo, aquí no acabaron nuestros quebraderos de cabeza. Las palabras "propiedad privada" supusieron una auténtica pesadilla a la hora de rodar. Al llegar a la primera localización nos dimos cuenta de que aunque no enfocáramos al edificio elegido en sí, había cámaras de seguridad en el exterior y carteles que informaban de que los terrenos eran propiedad particular. Afortunadamente, fuimos lo bastante sensatas como para evitar los posibles problemas que acarrearía grabar sin permiso previoRecogimos el equipo y nos dirigimos hacia otro de los posibles emplazamientos, pero la suerte seguía sin estar a nuestro favor: empezó a diluviar, por lo que tuvimos que movernos una tercera vez hasta nuestra localización definitiva, el anteriormente mencionado parking cubierto del campus de la Universidad del País Vasco, en Leioa (Vizcaya).

Para rematar el día, durante la grabación nos encontramos con tres agentes de seguridad del campus que, además de intentar impresionarnos, nos tomaron los datos por si hacíamos travesuras en las instalaciones de la universidad. Lo peor no fue tener que lidiar con ellos, sino preocupar sobre nuestro bienestar a terceras personas que se han hecho cargo de una responsabilidad impuesta.

Equipo completo 
Además, la sensación general del grupo tras los incidentes es que el único sitio donde no se requieren permisos para rodar es en tu propia casa. Y esto nos parece una barbaridad, no sólo porque hay multitud de espacios públicos que deberían estar para el disfrute de todas las personas sin solicitar un permiso previo (y más cuando se utilizan con una finalidad educativa), sino porque un campus universitario debería ser un lugar donde se comparten experiencias y se aprende, tanto dentro como fuera de las aulas, en días laborables y festivos. De momento, no es así.
           

"Siempre que llueve, escampa"

Filmattack


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